El cese de las actividades comerciales por el Covid-19, conllevó a muchas empresas a limitar sus operaciones o al cierre total, disminuyendo sus ingresos económicos.
Como es bien sabido, las empresas durante sus procesos productivos requieren seleccionar e implementar una o varias soluciones de almacenamiento bien sea propias o alquiladas, que se adapten a sus necesidades, tomando en cuenta parámetros operacionales como cantidad, peso y el tamaño de la mercancía objetivo, por supuesto sin dejar atrás las características específicas de ésta. Una buena gestión de almacenamiento permitirá ahorrar costos y tiempo, agilizando los procesos y garantizando el buen funcionamiento de la organización.
La tendencia de alquilar almacenes aumentó progresivamente durante la crisis sanitaria ya que muchas empresas y negocios se reinventaron exitosamente con la ayuda de la tecnología sobre todo en sus modalidades de ventas, que pasaron a ser más en línea que presenciales, y por ende necesitaban resguardar sus inventarios para dar respuesta oportunas a las solicitudes de sus clientes.
Sin embargo no todo ha sido positivo para éstas empresas, porque algunas no corrieron con tanta suerte y sus operaciones sufrieron el impacto de la pandemia a gran escala, razón por la cual se les ha hecho bastante complicado realizar los respectivos pagos a sus arrendadores, optando por establecer cierto tipo de acuerdo o negociación durante lapsos de tiempo adicionales, siendo optimistas de que podrán cumplir con lo pautado. En vista de la situación, gobiernos de distintos países han tomado como medida congelar dichos montos por un tiempo para dar un respiro a los empresarios o dueños de negocios.
A nivel de la población los efectos de la pandemia, ocasionaron que los ciudadanos tomaran como alternativa almacenar en sus despensas o depósitos según sus condiciones económicas diversos productos alimenticios en su mayoría no perecederos, productos de higiene personal u otros insumos indispensables según sus criterios, porque estaban conscientes que no podían acudir a las tiendas como lo hacían regularmente antes de la pandemia, ya que su vida estaba en riesgo; adicionalmente muchos se vieron obligados a la transformación y acondicionamiento de áreas determinadas en sus hogares para trabajar a distancia , y tuvieron que almacenar muebles, equipos, mesas, cuadros, espejos, entre otros, dejando lo elemental para realizar el trabajo de manera cómoda y efectiva.
Pero, ¿Por qué utilizar el almacenaje en tiempos de pandemia?.
Si su empresa se vio forzada a cerrar por completo, puede utilizar los almacenes para guardar sus pertenencias y comercializarlas posteriormente, recuperando de esta manera al menos un porcentaje de lo que perdió; si por el contrario se trató de un cierre temporal puede resguardar esa mercancía hasta evaluar el panorama estratégicamente y decida reiniciar operaciones. También es posible que se vea en la necesidad de limitar sus operaciones y deba inhabilitar ciertas áreas de trabajo de su empresa, donde la mercancía sobrante irá directo a estos espacios, mientras planifica el uso que le dará más adelante.
Mientras dure la crisis sanitaria será necesario disponer de almacenes que permanezcan operativos, donde se manejen y respeten las normas de bioseguridad y además se garantice el control y la disponibilidad en el momento oportuno de los productos. Es decir, éstas instalaciones independientemente del estatus que posea su empresa antes, durante o después de la pandemia lo ayudarán a mantener en óptimas condiciones la mercancía que le está ofreciendo al cliente.
Hasta ahora nadie posee información exacta en cuanto a la erradicación del Covid-19, pero mientras tanto las empresas y los negocios, deben estar listos para continuar adaptándose rápidamente a los cambios drásticos, que la pandemia ha ido generando en el mundo empresarial y en la economía mundial desde su aparición.